Torre renacentista 1527, obra de Diego de Siloe, SANTA MARIA DEL CAMPO

Monumento histórico. La iglesia colegiata, construida entre los siglos XIII y XVIII, es una de las más ricas y de mayores dimensiones de la provincia. Destaca su torre renacentista, obra de Diego de Siloé y Juan de Salas; así como su importante colección de obras de arte que incluyen tablas de Pedro Berruguete, importantes custodia y cruz procesional góticas, tapices flamencos del siglo XVI, púlpito gótico mudéjar y sillería del coro gótica flamígera de la escuela del Coro de los Padres de la Cartuja de Miraflores.
Torre renacentista situada en Santa Maria del Campo, al sur de Burgos. Una preciosa iglesia que nada tiene que envidiar a catedrales de muchas ciudades de España. Obligada parada en el pueblo para visitarla y empaparte de la historia que este alberga (por el cual pasó Juana la Loca).

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción1​ está ubicada en el centro del núcleo urbano de la localidad burgalesa de Santa María del Campo, en Castilla y León. La torre, construida en un estilo renacentista, corresponde a Diego de Siloé y Juan de Salas. 1​ Según Vicente Lampérez y Romea se trataría de un templo de estilo plateresco, «pero de una manera que recuerda el "François I", más que el "Carlos V"». Estaría compuesta por cuatro cuerpos, aparte del cuerpo del remate, más moderno y nada artístico. El primero, que hace de porche de la iglesia, se abre al frente con un gran arco, entre órdenes de columnas; los otros tres, calados con ventanas de muy diversa hechura, se señalan por la profusión de pilastras con grotescos, estatuas, doseletes y medallones. La tracería del ventanal del segundo cuerpo es una adaptación de las góticas, al arte del Renacimiento.

Claustro
Se trata de una obra de arquitectura ojival, comenzada en el siglo xv, con portadas al norte y al sur. El interior tiene tres naves muy altas, con otra de crucero, capilla mayor poligonal saliente y dos más a cada lado. Los pilares, de multiplicados baquetones, sostienen bóvedas de crucería de todos los tipos, desde las sencillas del siglo xiii, hasta las estrelladas del xvi. Completan el edificio diversas obras: el púlpito, tratado a modo de un tejido brochado de la época; la sillería del coro, de arte gótico geométrico, en ricas tallas; la escalera plateresca de subida al presbiterio, y varios interesantes sepulcros. En el lado del norte se conserva un claustro incompleto, con tracerías del más genuino flamboyante.

Fue declarada monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional el 3 de junio de 1931, durante la Segunda República, mediante un decreto publicado el día 4 de ese mismo mes en la Gaceta de Madrid, con la rúbrica del presidente del Gobierno provisional de la República Niceto Alcalá-Zamora y el ministro de Educación Pública y Bellas Artes Marcelino Domingo y Sanjuán. En la actualidad cuenta con el estatus de Bien de Interés Cultural.