la ermita de San Roque y el cementerio o camposanto, SALAZAR DE AMAYA

Salazar de Amaya es una pequeña localidad situada en el extremo noroeste de la provincia de Burgos, al pie del sistema de peñas asociado a la Peña Amaya, bañada por el arroyo de los Tovares, en la comarca Odra-Pisuerga.
En su término está constatada la presencia de dos castros prerrománicos atribuidos a los cántabros.
El nombre parece derivar de sauce, del latín “salicis”, que quiere decir salceda y aparece citado por primera vez como “Sararzar de Amaia” en el año 1068 en un documento de la catedral de Burgos.
Villa, que formaba parte del Partido de Villadiego, uno de los catorce que formaban parte de la intendencia de Burgos. Tenía jurisdicción de señorío, siendo su titular, el Duque de Frías, quien nombraba al alcalde a ordinario.
Su economía actual se basa en la agricultura y la ganadería.
Entre sus monumentos destaca en el centro del pueblo la iglesia renacentista, del siglo XVI, dedicada a Santa Columba. Un templo de grandes dimensiones, con pórtico barroco del siglo XVIII, con dos arcos de medio punto, una puerta románica, con torre campanario a los pies y escalera de caracol adosada a ella. De planta rectangular de tres naves, de estilo planta de salón, tiene cinco altares, el retablo mayor clasicista del siglo XVII, un amplio coro y una pila bautismal románica.
En el recinto del cementerio se ubica la ermita de San Roque. Construcción popular, de planta rectangular de piedra de mampostería y puerta remarcada por arco de medio punto.
Junto a la iglesia la fuente, construcción popular de piedra con un caño que derrama en el abrevadero.
Un paseo por por sus calles te hará disfrutar de la arquitectura popular y sus casas con arcos de piedra.
Salazar de Amaya en un inolvidable paraje natural, en la lora de la Peña Amaya, es un gran lugar de gran valor arqueológico, paisajístico e histórico del norte de la península ibérica.