RUBLACEDO DE ARRIBA: ODA AL MONTE DE RUBLACEDO...

ODA AL MONTE DE RUBLACEDO

Oh, monte de Rublacedo,
con tu generoso encinar,
cobijaste al ganado
en invierno polar.

¡Cuánta gente agradecía
el calor dado a su hogar!
Así guisaban pitanza,
pues entonces no había gas.

Otros lo carboneaban,
para a la urbe calentar,
mas ese era el destino
de tu carbón vegetal.

Ahora te has revelado
con tu fuerza natural:
en tus profundas entrañas
no se puede penetrar.

J. CONDE NÚÑEZ