iglesia románica de los santos Emeterio y Celedonio, RIO QUINTANILLA

JOYA ROMÁNICA DE LAS CADERECHAS
El valle de Las Caderechas se ha hecho famoso en los últimos tiempos por la floración de sus de cerezos y por sus exquisitas cerezas y manzanas reinetas. Pero nos depara otras sorpresas como esta iglesia románica de los santos Emeterio y Celedonio.
Entre Barrio Quintanilla y Río Quintanilla se alza un pequeño templo que por su armoniosa estructura y privilegiada ubicación llama la atención. Aunque por su tamaño y asilamiento parece una ermita, en realidad era la iglesia parroquial del desaparecido núcleo medieval de Pinilla.
La iglesia sigue el modelo del románico rural de La Bureba en la segunda mitad del siglo XII. Edificada con buena sillería de piedra de toba consta de nave única y cabecera con presbiterio recto y ábside semicircular.
En el tramo central se abre una portada con arco de medio punto con sencillas arquivoltas aboceladas. La única decoración de la fachada meridional es la serie de canecillos que sostienen la cornisa: bóvidos, aves, lobos y algunos rostros humanos.
Un elemento que otorga personalidad a la iglesia es la espadaña que se alza sobre arco triunfal que separa la nave de la cabecera. Una escalera permite acceder hasta su base para contemplar su perfil con dos troneras apuntadas y un escalonado remate en el que se abre el campanil.
El ábside que remata la cabecera tiene planta semicircular. Al exterior muestra tres tramos separados por pilastras que sostienen semicolumnas rematadas por unos capiteles con figuras humanas desfiguradas. La cornisa achaflanada descansa sobre canecillos decorados con nacela.
El interior mantiene bastante bien su primitiva fábrica románica. La nave, que se cubre con bóveda de cañón ceñida por arcos fajones de medio punto, se abre al presbiterio mediante un arco triunfal doblado. Todas las bóvedas están decoradas con unas originales pinturas murales.
Cómo llegar
Desde Poza de la Sal: por CL-633 hasta Salas de Bureba y el ramal hacia Aguas Cándidas. La iglesia se encuentra a medio camino entre los dos barrios de Río Quintanilla. Un señalizado camino cementado permite alcanzar el templo