iglesia dedicada a San Julián y Santa Basilisa - Detalle de los capiteles, REBOLLEDO DE LA TORRE

Puesta de sol
Cada tarde a la caída del sol el pórtico románico de esta localidad burgalesa, emplazada en el corazón del Geoparque de Las Loras, nos muestra su lado más hermoso. Además, cada época del año nos ofrece una visión distinta.
Considerada como es una de las más bellas y conseguidas de todo el románico castellano conocemos también el nombre de su genial autor: Juan de Piasca. Su firma y la fecha de construcción del pórtico, año 1186, se descubren en el exterior de una singular ventana ajimezada.
El pórtico de Rebolledo de la Torre presenta unas dimensiones poco frecuentes en este tipo de construcciones: diecisiete metros de largo por cuatro y medio de ancho. Consta de diez arcos de medio punto, siete de los cuales se localizan a la izquierda de la puerta y tres a su derecha
La puerta de acceso se abre entre machones y tiene tres columnas, con sus respectivos capiteles decorados, a cada lado. De las trece columnas que forman la arquería —todas ellas se apoyan sobre un podio más bien bajo— cinco son simples y ocho lucen un doble fuste pareado.
La escultura que decora los distintos elementos de la galería denota una alta calidad y una gran maestría en su ejecución. Se trata de un arte maduro y evolucionado que en algunos aspectos muestra ligeras influencias de la escuela silense.
En los capiteles se puede contemplar un admirable repertorio iconográfico que abarca desde los clásicos temas vegetales —hojas carnosas, pencas enrolladas y tallos vomitados por carátulas—, hasta las representaciones de seres monstruosos: grifos y animales fantásticos con cabezas humanas.
También destacan las luchas entre caballeros y las consabidas escenas bíblicas: Sansón abriendo las fauces de un león, San Miguel pesando las almas y, en la pieza más curiosa de todas, la tentación y muerte del usurero.