Es uno de los pocos inmuebles que nos quedan como recuerdo de la
arquitectura visigótica del bajo imperio, destaca por su original planta basilical de tres naves,
ábside de testero recto y mágnifica decoración con técnica a bisel que podemos encontra en e el extradós del
arco triunfal y en las dos losas del salmero (sol y luna).