Si hay resurrección en cada uno de nosotros, la habrá en cada familia, en cada pueblo, en cada ciudad, en cada provincia, en cada país, en cada continente y en el mundo entero. Pasemos de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida, de la ignorancia a la sabiduría, del odio al amor. Se necesita un cambio profundo en cada uno de nosotros, una toma de conciencia, un despertar a una nueva vida...