¡Muy hermosas letrillas, Antonio! A mì tampoco pueden quitarme la felicidad de tener una hija como Nadia, cuando nos dice: ¿Saben que los quiero mucho? O cuando manda un msj. al celular, como hace un rato, exclamando: ¡Aprobamos el T. P.! (trabajo pràctico de Legislaciòn) y cuando nos besa y nos abraza. Ella, para mì, brilla màs que cualquier lucero en el firmamento de mi vida. Es el màs valioso de los regalos de Dios. ¡Un abrazo!