El
impresionante Palacio Ducal de
Lerma, convertido en
Parador, se ubica en la parte alta de la
villa. El
hotel cuenta con un
patio central rodeado de
bellas galerías de columnatas. La elegancia y majestuosidad de este palacio de la época de los Austrias, y sus preciosos interiores de cuidada iluminación y decoración, harán que tu
estancia en él se convierta en una experiencia especial.
Frente a la
fachada principal del Palacio se extiende un espacio de
planta rectangular, es la
señorial Plaza Mayor, que por las
noches, con las
luces del Palacio, se ve todavía más esplendorosa. La zona
medieval, con sus encantadoras
casas, el
arco, y el
puente de la
cárcel, el
convento de San Blas, o el de
Santo Domingo, el
Pasadizo del Duque o la Ex-
Colegiata de San Pedro son algunas joyas que no puedes dejar de visitar.
Vale la pena hacer una ruta por el
entorno de Lerma. A 22 kilómetros se ubica Covarrubias, un hermoso
pueblo donde la Colegiata de San Cosme y San Damián o las
Plazas de Doña Sancha y Doña Urraca invitan a una
visita pausada y a imaginar que el
tiempo se ha
parado en el
medievo, y que pocas cosas han cambiado allí desde aquel año 987, cuando el conde Fernán González fundó la villa.
A escasa media hora en
coche encontrarás otro tesoro, el
monasterio Santo Domingo de Silos, joya universal del
románico que en la actualidad se ha convertido en
centro de peregrinación espiritual y
artística. A poca distancia también encontrarás la bella Aranda de Duero,
ciudad de vino,
monumentos,
historia y saber hacer en los fogones