Arco de entrada a la Villa rachela, COVARRUBIAS

Siempre se ha dicho que el nombre de Covarrubias proviene de «cuevas rojas», debido a la gran cantidad de cuevas de color rojizo que se encuentran cerca del pueblo, frente al río Arlanza, en la carretera que lleva al Monasterio de San Pedro de Arlanza. Si te fijas en ellas podrás observar una gran población de buitres que las sobrevuelan y utilizan como posaderos. Estas piedras fueron en la Edad Media un monasterio rupestre habitado por eremitas.

Pero está cobrando fuerza la idea de que el nombre de Covarrubias, en realidad proviene de la palabra árabe Al Kobba (Al, quiere decir el o la y Kobba, torre), y haría referencia a la Torre que se encuentra en el pueblo, que además tiene un tono rojizo (rubio es rojo en castellano antiguo). Esta hipótesis sería más acertada, teniendo en cuenta que en la provincia de Soria hay otro pueblo de nombre Covarrubias, que se encuentra en una zona cerealista, sin ningún afloramiento rocoso a su alrededor, y que lo único que tiene en común con el de la provincia de Burgos, es que tenía una torre (de la que sólo quedan ruinas), que parece ser que también tenía un tono rojizo.

Un poco de historia sobre Covarrubias
El pueblo de Covarrubias es conocido como la villa rachela, ya que con ese nombre eran conocidas sus mujeres. Proviene del nombre hebreo de Raquel (en castellano antiguo Rachel), la mujer de Jacob, que significa bella y se debe a la gran cantidad de damas hermosas que han habitado Covarrubias a lo largo de los siglos.

Este bonito pueblo aún conserva sus trazas medievales: su puente de piedra, sus fachadas de adobe con entramado de madera, su torreón milenario, su colegiata… Es un pueblo con numerosas historias, personajes y leyendas.

La villa fue fundada por el rey visigodo Chindasvinto, en el siglo VII, pero es en el siglo X cuando se asientan en este lugar los sucesores del Conde de Lara, que poseían aquí una casa-palacio, legada años más tarde al Monasterio de San Pedro de Arlanza por el Conde Fernán González (hijo de Gonzalo Fernández, conde de Castilla y de Burgos, y primer Conde de Lara).

Fernán González, Primer Conde Independiente de Castilla y, sobre todo, su hijo el Conde Garcí Fernández, hacen de Covarrubias la capital del primer Infantado de Castilla, con lo que la villa se convierte en capital de un extenso territorio independiente, con jurisdicción propia en lo eclesiástico, civil y penal, gozando a su vez de exenciones tributarias. En un principio, sería disfrutado por la Infanta Urraca, hija del Conde Garcí Fernández (abadesa del Monasterio de San Cosme y San Damián de Covarrubias), la única con poder pleno sobre todos los dominios, anulando la autoridad del Conde Soberano de Castilla o del mismo Rey.

Como los dominios del Infantado se dispersaban por un área muy amplia (gran parte de las provincias actuales de Burgos, Santander, Álava, Logroño y Palencia) sus habitantes podían circular por toda Castilla con entera libertad. El Infantado de Covarrubias estaba formado por 70 villas e iglesias, 20 monasterios, infinidad de caseríos, quintas, montes, prados, pozos de sal, etc.

Es en esta época cuando se levanta el Torreón, que podrás ver en el centro de la villa, sobre los restos de uno más antiguo. Se trata del Torreón de Fernán González, conocido también como Torreón de Doña Urraca por los vecinos de Covarrubias y su comarca.