Ermita del Santo Cristo de San Sebastián, CORUÑA DEL CONDE

por Pedro Lozano Huerta
Su iglesia, dedicada a San Martín, obispo, es renacentista, monumental, de tres naves, planta de salón y columnas cilíndricas, cúpula de yeso y bóvedas de artesonado moderno. El ábside es rectangular y en dos de las paredes aparecen algunas laudas romanas y vestigios
románicos.
La portada es renacentista, con pilastrones y friso, arco de medio punto, dos medallones, hornacina con Padre eterno y cruz. Y la torre
es cuadrada, rematada en bolas, con ocho huecos, dos campanas y un campanillo.
La pila es renacentista, avenerada por fuera, con pie clásico, buena. (la del agua bendita es renacentista con venera, de 1576). El
retablo mayor es clasicista, bueno, con buenas imágenes. Hay un buen Crucificado de pared y buenos relieves en sagrario. Púlpito de piedra y una sepultura.
Sus libros parroquiales comienzan en 1611.
Su mejor joya, sin duda, es la interesante ermita del Cristo de San Sebastián, de comienzos del siglo XII, probablemente construida sobre otra visigótica, con ábside rectangular y arcos ciegos.
Queda también otra ermita en bastante mal estado, dedicada a San Roque. Y otro puente, también romano.
Es de capital importancia su castillo, levantado por el conde Gonzalo Fernández en 942. los restos que ahora quedan son medievales. Queda también un arco de la antigua muralla, que da entrada al pueblo.
Su puente romano da idea de la calzada que llegaba a Coruña desde Numancia y Zaragoza.
Hay un rollo-crucero en la plaza frente al ayuntamiento con columna sencilla, tal vez romana, y muy decorada la parte superior; probablemente del siglo XVII.
Formó parte de su población una importante judería.
A finales del siglo XV nace el padre Antonio Serna, dominico, misionero en México escritor.
En la primera mitad del siglo XVI comienza sus días el ilustrísimo Sr. fray Agustín de Coruña, Agustín Gormaz Velasco, misionero agustino, obispo de Popayán, en Perú, en 1562, gran defensor de los indios, que murió con fama de santidad. Escritor.
En 1760 ve la luz Diego Marín Aguilera, precursor de la aviación universal. “El primer hombre que voló”. Tiene dedicado un monumento a la aviación en su nombre.
En torno a 1930 viene a la vida Alejandro langa Aguilar, que escribe un extenso libro sobre su pueblo.
En la actualidad pueden admirarse las obras de Félix Prieto, antiguo herrero de la localidad, que aprovecha los más variados materiales (tornillos, etc.) para sus sugerentes composiciones.
Se han catalogado en su suelo un hacha anterior a la Edad del Bronce y un “depósito de la Edad del Bronce” (siglo X a. C) y dos
yacimientos arqueológicos Romanos y dos Medievales