Ya que tanto habla el PP habla de ser un partido centrado, pues eso haber si se centran y no dicen disparates. Y Empresario haber si dices algo con propiedad. Vale mas un mal original que una buena copia. Hablemos de las mascarillas, yo es la ultima vez que hablo de ello.
Los hospitales y las empresas que habitualmente usan, tienen unos proveedores, estos las adquieren de los fabricantes que más les conviene, en precio y exigencia del usuario. Y aparece el virus. A toro pasado se puede decir que la autoridad sanitaria pública previendo lo que se avecinaba se hubiera lanzado a almacenar el material adecuado. Eso es mucho prever y mucho adivinar. El problema crece, y yo les digo a los que acusan al gobierno de tener tiempo suficiente que de ningún modo es cierto. La El viros corre más que la máquina administrativa y más que la necesaria preparación del personal humano y hospitalario. Tres meses es muy poco tiempo para prever los fondos necesarios para comprar el material necesario. Y no es posible comprarlo a los proveedores habituales, por que no dan abasto a fabricar. Por tanto aparecen nuevos fabricantes y nuevos proveedores. Todo el mundo se lanza a la rica mascarilla para el niño y la niña, y al igual que en los supermercados se arrasa con todo, y no hay lechuga mala, Con las mascarillas pasa algo parecido. Cuando un producto biene con la etiqueta de control de calidad, no quiere decir que la esencia del frasco no haya sido alterada, Las empresas serias que venden calidad cuidan de que el producto sea el que dice ser porque en ello va la reputación del negocio. Pero no estamos hablando de un buen vino. Estamos hablando de un modesto producto de fácil fabricación, y costo barato, de usar y tirar, que gracias al virus y a la necesidad se ha convertido en un producto estrella. La premura en conseguirlas y el volumen de venta lleva al fabricante tambien a la premura de fabricarlas, el negocio empuja a
fabricar y a pasar por alto la calidad. El proveedor tambien se muestra menos exigente en la calidad y mira menos el precio.
Ni los hospitales ni el gobierno, pueden tener el suficiente personal para supervisar el producto. Un operario lee la etiqueta, recepciona el producto y listo para el sitio de destino. Cuando llega al usuario, Si está defectuoso el producto se devuelve y a otra cosa. En estos casos es difícil que se pueda devolver, porque proveedores y empresas cobran antes de suministrar, no son grandes empresas y la mayoría han surgido de la noche a la mañana. Por tanto es la premura en adquirir el producto y la escasez del mismo lo que ha llevado a que aparezca material deficiente, que por otra parte siempre ha ocurrido. La gravedad del virus ha hecho que una modesta mascarilla defectuosa pueda causar un grave contratiempo.? Que se hacía en las empresas, y me imagino que tambien en los hospitales antes del virus con las dichosas mascarillas defectuosas ¿Sencillamente se tiraban al bidón de la basura y a por otra.
Los hospitales y las empresas que habitualmente usan, tienen unos proveedores, estos las adquieren de los fabricantes que más les conviene, en precio y exigencia del usuario. Y aparece el virus. A toro pasado se puede decir que la autoridad sanitaria pública previendo lo que se avecinaba se hubiera lanzado a almacenar el material adecuado. Eso es mucho prever y mucho adivinar. El problema crece, y yo les digo a los que acusan al gobierno de tener tiempo suficiente que de ningún modo es cierto. La El viros corre más que la máquina administrativa y más que la necesaria preparación del personal humano y hospitalario. Tres meses es muy poco tiempo para prever los fondos necesarios para comprar el material necesario. Y no es posible comprarlo a los proveedores habituales, por que no dan abasto a fabricar. Por tanto aparecen nuevos fabricantes y nuevos proveedores. Todo el mundo se lanza a la rica mascarilla para el niño y la niña, y al igual que en los supermercados se arrasa con todo, y no hay lechuga mala, Con las mascarillas pasa algo parecido. Cuando un producto biene con la etiqueta de control de calidad, no quiere decir que la esencia del frasco no haya sido alterada, Las empresas serias que venden calidad cuidan de que el producto sea el que dice ser porque en ello va la reputación del negocio. Pero no estamos hablando de un buen vino. Estamos hablando de un modesto producto de fácil fabricación, y costo barato, de usar y tirar, que gracias al virus y a la necesidad se ha convertido en un producto estrella. La premura en conseguirlas y el volumen de venta lleva al fabricante tambien a la premura de fabricarlas, el negocio empuja a
fabricar y a pasar por alto la calidad. El proveedor tambien se muestra menos exigente en la calidad y mira menos el precio.
Ni los hospitales ni el gobierno, pueden tener el suficiente personal para supervisar el producto. Un operario lee la etiqueta, recepciona el producto y listo para el sitio de destino. Cuando llega al usuario, Si está defectuoso el producto se devuelve y a otra cosa. En estos casos es difícil que se pueda devolver, porque proveedores y empresas cobran antes de suministrar, no son grandes empresas y la mayoría han surgido de la noche a la mañana. Por tanto es la premura en adquirir el producto y la escasez del mismo lo que ha llevado a que aparezca material deficiente, que por otra parte siempre ha ocurrido. La gravedad del virus ha hecho que una modesta mascarilla defectuosa pueda causar un grave contratiempo.? Que se hacía en las empresas, y me imagino que tambien en los hospitales antes del virus con las dichosas mascarillas defectuosas ¿Sencillamente se tiraban al bidón de la basura y a por otra.
