Luces sobre el Arco de Sta Maria (Noche Blanca), BURGOS

(Mayo de 2010)
El amor no puede separarse de Aquél que es amor. Por eso va junto con la religión, a la que da significado, y esta pone propósito en el amor. El capricho se enreda con las sensaciones del momento arrastra y con frecuencia aleja a Dios.
El capricho es obstinado y exige que se hagan las cosas a su manera. El amor se centra en la persona y en su carácter y no sólo en sus rasgos exteriores.