La
Catedral de
Burgos cuenta con un notable repertorio de gárgolas, esos seres grotescos y fantásticos que cumplían con la fundamental misión de evacuar las
aguas que caían sobre los
tejados y demás estructuras del templo expuestas a la intemperie.
Las gárgolas son unos elementos decorativos muy habituales en las principales
catedrales góticas europeas. Al estar esculpidas con formas grotescas de animales, seres fantásticos o demonios parece que también cumplían una misión protectora del templo.