En la
torre de la
iglesia de
San Esteban, bajo el
campanario, el magnífico
rosetón calado, en la línea de los de la
Catedral, tiene análogas características que el del Sarmental, y conserva, restaurados, parte de los
vitrales compuestos en el siglo XVI por Sebastián de Vallejo y Lázaro de Aranda, antecedido por un
balcón con balaustrada.