La
Catedral.
El Cimborrio: Cuatro
torres adosadas y rematadas por esbeltas agujas refuerzan el impacto visual del tambor central. En cada uno de sus ocho lados se abren dos grandes
ventanales amainelados que permiten una intensa iluminación del interior. El estilo renacentista plateresco se conjuga con el
gótico final, el cual se manifiesta en su minucioso programa decorativo " en la verticalidad originada por sus numerosos pin9culos y
capiteles. El perfil resultante es, todavía, básicamente gótico