epitafio del canonigo diego de santander, BURGOS

En el Claustro de la Catedral. Sepulcro del canónigo Diego de Santander falleció en el año 1523.

El monumento Santander es una de las obras más personales y libres del artista Diego de Siloe, como si el éxito que conocía en Burgos hubiera potenciado su capacidad creativa y se arriesgara a desarrollar lenguajes aún no experimentados por él. De este modo, el retablo que se colocó por detrás de la tumba del eclesiástico está compuesto con una ruptura sorprendente de las normas, lo que le proporciona cierto aspecto ‘desestructurado’, ya que el orden de pilastras de las hornacinas laterales carece de entablamento y se adelanta en plano al encasamento central. Esa libertad se extendió a la representación del único tema religioso que se realizó o se conserva del sepulcro, una Virgen con el Niño, que ha sido recientemente restaurada y luce una sorprendente policromía.

El poco espacio disponible es ocupado por unas líneas onduladas, aquí más insistentes, y por cabezas de ángeles. Están presentes también los elementos marginales con los que el artista marca su autoría.

Las dos partes que componen la cama sepulcral también reciben un tratamiento singular, con un claro recuerdo del monumento funerario de Andrea Bonifacio, del que se intercambia la situación de los elementos. Aquí el epitafio sube hasta situarse por debajo del yacente tendido sobre un lecho recto –lo único convencional del sepulcro burgalés– y se inscribe en una fingida cartela de cuero, con los ángulos enrollados y unas curvas en sus lados más cortos.
(6 de Junio de 2022)