Es una de las
puertas de la antigua ciudad amurallada del siglo XIII, que reemplazó a otra más antigua cuyas dimensiones se habían quedado pequeñas con el crecimiento de la ciudad.
La
puerta o
arco de
San Esteban, con su característico arco de herradura, construida con empleo de sillería y mampostería combinadas con ladrillo, se conserva bastante bien. En la parte exterior sobresalen dos
torreones que flanquean al conjunto, mientras que por dentro remata con una galería de seis
arcos a modo de
mirador.