Con el paso de los años, el
barrio de
Villímar ha pasado de ser una pequeña población con su
iglesia y
cementerio propio a un barrio en constante expansión urbanística que conserva un núcleo típicamente rural y que se ha rejuvenecido tanto demográficamente como en su fisonomía.
Esta dualidad entre las zonas de nueva construcción y el antiguo
pueblo obliga a diferenciar entre las pautas de urbanización y las labores de conservación y mantenimiento del espacio urbano. En las zonas recién urbanizadas es el Plan General de Ordenación Urbana el que marca la delimitación de los espacios y reserva zonas para la convivencia o para usos dotacionales. Es por eso que en esta zona están claramente marcadas las áreas deportivas, con pistas de tenis, canchas polideportivas, de las zonas infantiles y de
paseo. Un nuevo
colegio está ya previsto en una parcela municipal cedida a la Junta para que lo edifique.
Conexión a la ronda interior
Es en esta zona de nueva construcción donde se ha desarrollado el principal cambio para los vecinos: alejar el trafico del centro del barrio. Este objetivo se logró con la prolongación de la
calle Alcalde Martín Cobos hasta conectarla con la avenida Príncipes de
Asturias, también conocida como V-1, dando acceso directo desde Villímar a la ronda interior norte y a la circunvalación sin tener que pasar por el centro del barrio y el antiguo
puente de Villímar, que antiguamente era el único acceso al pueblo y que hoy sólo sirve de salida.
Si en el nuevo Villímar la transformación urbana recae en el PGOU, en cambio en el antiguo pueblo de Villímar actúa el Plan de
Barrios que está llevando a cabo el equipo de Gobierno en los últimos años con una inversión de varias decenas de millones de euros.
Dentro de esta inversión plurianual, el
Ayuntamiento ha mejorar la conservación de
calles peatonales, ha colocado
parques infantiles, urbanizado
plazas, cambiado iluminación, realizado obras en las canalizaciones de abastecimiento de
aguas y saneamiento y, en general, ha introducido la modernidad en un área urbana en la que las trazas del diseño rural permanecen perfectamente visibles en
casas, calles y
rincones.