La
Catedral de
Burgos está enclavada entre el
río Arlanzón y la ladera del cerro del
Castillo. Por este motivo los constructores del templo tuvieron que adaptar los planos al desnivel topográfico y hay algunos elementos que quedaron situados a distintas alturas.
Por ejemplo, el
claustro de la Catedral tuvo que ser diseñado teniendo en cuenta este desnivel y presenta dos pisos superpuestos, el superior al nivel de la planta del templo y el inferior a la altura de la
plaza del Rey
San Fernando.
La
Escalera Dorada, diseñada en 1519 por Diego De Siloe, se adapta al estrecho y reducido espacio del extremo norte del crucero y sus 39 peldaños permiten salvar los 8 metros de desnivel existente entre la
portada de la Coronería y la planta del templo.