La Cartuja de Miraflores, a las afueras de la ciudad de
Burgos, es un
monasterio habitado por monjes cartujos y antiguo
palacio de recreo de Enrique III. Fue la propia reina Isabel la Católica la que encargó la construcción de un sepulcro para sus padres, Juan II de Castilla e Isabel de
Portugal. Ocupa el centro del presbiterio y fue realizado completamente en alabastro por Gil de Siloé entre 1489 y 1493.