LA
CATEDRAL DE
BURGOS Y SUS GÁRGOLAS DESDE ARRIBA
La construcción del templo comenzó en 1221 por la cabecera y con mucha celeridad ya que en apenas ocho años se pudo celebrar la primera primera misa en la nave mayor. Quizá ayudó la reutilización de los elementos de la antigua catedral
románica.
Desde lo alto se puede disfrutar con detalle de las llamativas gárgolas que decoran el
edificio y que servían para evacuar la
lluvia. Al estar esculpidas con formas grotescas de animales, seres fantásticos o demonios parece que también cumplían una misión protectora del templo.