TRASALTAR DE LA
CATEDRAL DE
BURGOS
En 1498 Felipe de Bigarny, un
joven artista borgoñón que estaba haciendo el
Camino de Santiago, se detuvo en Burgos y se ofreció al Cabildo catedralicio que, tras una prueba, le encargó un relieve del Camino del
Calvario para el trasaltar
El trabajo de Felipe de Bigarny mantiene una composición y unos fondos influidos por el
gótico flamenco pero muestra ya un incipiente y prometedor aire renacentista que rompe con el viejo estilo de los consagrados Simón de Colonia y Gil de Siloé.
El nuevo estilo se refleja en el tratamiento y realismo de las figuras del primer plano. También aparece por primera vez en Burgos una decoración típicamente renacentista: candelieri, amorcillos y puttis. El éxito fue tal que Bigarny se asentó en Castilla.
Esta joya artística estaba muy afectada por las humedades y las sucesivas intervenciones realizadas a lo largo de los siglos, pero, tras más de dos años de intensos trabajos, el trasaltar de la Catedral de Burgos luce de nuevo con todo su esplendor.