Situado en la
Plaza de
Santa Teresa, al final del
Paseo Sierra de Atapuerca de la ciudad de
Burgos, es el último de los
conventos fundados por la Santa Teresa de Jesus a instancias de doña Catalina de Tolosa, en 1581.
Santa Teresa encontró dificultades iniciales para crear este
monasterio, ante la negativa del arzobispo Cristóbal Vela para autorizar por escrito la fundación hasta que la comunidad de monjas carmelitas contara con
casa propia, rentas suficientes para su mantenimiento y consentimiento de las autoridades municipales.
Santa Teresa de Jesús, llegó a Burgos el 26 de enero de 1582, acompañada del padre Fray Jerónimo Gracián. La Santa visitó el Monasterio de
San Agustín, para poner a la nueva fundación bajo la protección de su
Cristo y, después, se instaló en la casa de la protectora de las carmelitas doña Catalina de Tolosa. Más tarde la comunidad se acomodó temporalmente en
Hospital de la Concepción, hasta que pudo trasladarse a la casa adquirida.
En un solar extramuros, al lado del
río, adquirido a la
familia Mansinos se construyó este
convento de estilo tardogóticogótico, templo de nave única con tres tramos de
bóvedas de crucería, sin crucero y con el testero o cabecera recta, con
bóveda de casetones;
espadaña posiblemente de s. XVII.
Este convento alberga diversas reliquias de Santa Teresa (alpargata, velo, carta autógrafa…). Destaca una notable
escultura de Santa Teresa de principios del siglo XVII y un retrato de Cristo que la santa pidió que hicieran después de una de sus visiones.