Mercado Norte de la plaza del General Santocildes (foto antigua), BURGOS
1899. MERCADO NORTE DE LA PLAZA DEL GENERAL SANTOCILDES.
Foto Fede. 1959
A lo largo del siglo XIX, se impuso en Europa un nuevo concepto de mercado con normas higiénicas. Nuevos materiales, como el hierro se fueron incorporando. En Burgos hubo varios proyectos en el último cuarto de siglo. Por fin uno de ellos se materializó. El arquitecto municipal D. Saturnino Martin Ruiz, tras el acuerdo municipal de construcción de este mercado, presenta un proyecto en 1889 para construirlo en la plaza de la Libertad. Ante las quejas de sus vecinos se buscan otros lugares. Entre otros, uno en la Plaza del General Santocildes, en 1899 se presenta el proyecto con un presupuesto de 86.448 pts. Su capacidad era de 30 puestos laterales más 36 centrales. Era el diseño más austero y sencillo de los presentados. Su planta inicial es un rectángulo La entrada era por las fachadas más largas evitando el frio del norte. El alzado basilical, con una cubierta a dos aguas con una linterna superior, recubierto todo de de planchas de zinc. La estructura eran columnas de fundición decorativa y los pares de cubierta eran vigas de acero con sección en doble T, la estructura se equilibraba con un sistema de tirantes de arriostramiento transversal, que enlazaban los puntos de unión de los faldones con los pilares y pies derechos. Con los años la necesidad de nuevos puestos de venta obligo a una ampliación, que se realizo en el testero sur en 1920. En ese testero se colocó una fuente
Prestó servicio desde esa época hasta 1967 en que se acuerda el derribo de mismo según sesión plenaria de 26 de abril de 1967. Al derribarlo y excavar para nuevas construcciones aparecieron restos arqueológicos como una lauda sepulcral.
Con su derribo se perdió una muestra de la arquitectura de hierro de finales del siglo XIX. Poco antes en 1961 se había destruido otro ejemplo de este tipo de arquitectura, la marquesina de la estación del tren, que era un magnífico ejemplo de la cercha en V invertida, tipo Polonceau, en estas estructuras.
Foto Fede. 1959
A lo largo del siglo XIX, se impuso en Europa un nuevo concepto de mercado con normas higiénicas. Nuevos materiales, como el hierro se fueron incorporando. En Burgos hubo varios proyectos en el último cuarto de siglo. Por fin uno de ellos se materializó. El arquitecto municipal D. Saturnino Martin Ruiz, tras el acuerdo municipal de construcción de este mercado, presenta un proyecto en 1889 para construirlo en la plaza de la Libertad. Ante las quejas de sus vecinos se buscan otros lugares. Entre otros, uno en la Plaza del General Santocildes, en 1899 se presenta el proyecto con un presupuesto de 86.448 pts. Su capacidad era de 30 puestos laterales más 36 centrales. Era el diseño más austero y sencillo de los presentados. Su planta inicial es un rectángulo La entrada era por las fachadas más largas evitando el frio del norte. El alzado basilical, con una cubierta a dos aguas con una linterna superior, recubierto todo de de planchas de zinc. La estructura eran columnas de fundición decorativa y los pares de cubierta eran vigas de acero con sección en doble T, la estructura se equilibraba con un sistema de tirantes de arriostramiento transversal, que enlazaban los puntos de unión de los faldones con los pilares y pies derechos. Con los años la necesidad de nuevos puestos de venta obligo a una ampliación, que se realizo en el testero sur en 1920. En ese testero se colocó una fuente
Prestó servicio desde esa época hasta 1967 en que se acuerda el derribo de mismo según sesión plenaria de 26 de abril de 1967. Al derribarlo y excavar para nuevas construcciones aparecieron restos arqueológicos como una lauda sepulcral.
Con su derribo se perdió una muestra de la arquitectura de hierro de finales del siglo XIX. Poco antes en 1961 se había destruido otro ejemplo de este tipo de arquitectura, la marquesina de la estación del tren, que era un magnífico ejemplo de la cercha en V invertida, tipo Polonceau, en estas estructuras.