Amanita muscaria, BURGOS

El hongo tecomate malo (Amanita muscaria1​), recibe muchos y variados nombres como matamoscas o falsa oronja, 2​ es un hongo basidiomiceto muy común y popular, considerado venenoso y enteógeno, de distribución cosmopolita del orden Agaricales.​ El epíteto específico muscaria proviene del latín musca, mosca, y hace referencia a la interacción que se produce entre este hongo y los insectos. En el oeste de Siberia, el uso de A. muscaria se restringió a los chamanes, quienes lo usaron como un método alternativo para lograr un estado de trance.​ Además del nombre de falsa oronja (puede confundirse con la oronja cuando el sombrero está anaranjado por la edad), otros de los nombres que puede recibir son agárico pintado y oronja pintada.

Descripción.
El píleo al desarrollarse y madurar cambia su forma: primero globoso, luego hemisférico, después convexo y finalmente plano-convexo, en algunos casos cóncavo.

El cuerpo de fructificación (o basidiocarpo) de A. muscaria puede llegar a medir entre 10 y 20 cm de altura. El sombrero es rojo rodeado de puntos blancos. Sus píleos varían entre 7 cm y 25 cm de diámetro. Evolucionan de forma globosa a convexa y finalmente plana, como casi todas las amanitas. Su cutícula, separable, es de color rojo escarlata que vira al naranja con la edad. Sobre ella hay numerosos restos blancos del velo universal. Estos suelen ser de textura algodonosa y están dispuestos en círculos concéntricos de color blanco que amarillea con el tiempo. Carnoso, consistente y de aspecto atractivo. Margen incurvado y ligeramente estriado en la madurez.​

El estipe es cilíndrico, fácilmente separable del sombrero, blanco a ligeramente amarillo claro, recto, robusto, lleno y con anillo. 8​ Su tamaño varía desde unos 12 a 20 cm de altura y de 1 a 3 cm de diámetro. 9​ El anillo es amplio, membranoso y con el borde ligeramente teñido de amarillo. La base del pie es claviforme, rodeado de una volva, blanca, fugaz, a manera de verrugas que componen círculos incompletos.

La cutícula es de color rojo, muy brillante, con matices que van desde el anaranjado al amarillo oscuro.

La superficie inferior aparece recubierta por láminas, generalmente blancas, independientes, ventrudas y desiguales. Las esporas son blancas y ovoides. La esporada también es blanca.​

El pie, de coloración clara, puede llegar a medir hasta 24 cm de altura y 3 cm de grosor, presentando un aspecto bulboso en la base, sobre la que pende un característico anillo blanco de aspecto membranoso.

Es posible confundir A. muscaria con Amanita caesarea (oronja), Amanita crocea y especies rojas o rojizas del género Russula.

En sus primeros estados el sombrero (que puede oscilar entre los 15 y 25 cm) aparece envuelto por un velo blanquecino, presentando una forma globoide que posteriormente, al desgarrarse, se tornará hemisférica para terminar extendiéndose, con el margen ligeramente incurvado. También presenta unas granulaciones blancas o amarillentas que se dispersan por toda la superficie. Estas son los restos de la volva o cobertura inicial y, con el tiempo, van desapareciendo de forma gradual.

Distribución
A. muscaria tiene un amplio rango de distribución, distribuyéndose en África, Asia, Australia, Europa, Norteamérica, Centroamérica, Sudamérica y Nueva Zelanda. De acuerdo a análisis filogenéticos, se indica que la población ancestral de la especie evolucionó probablemente en las regiones de Siberia y el puente de Beringia (oeste de Alaska).
Hábitat

Tradicionalmente su hábitat son los bosques de tipo conífero y templado caducifolio del hemisferio norte, pero ha sido introducida al hemisferio sur, por lo que ahora es una especie cosmopolita. Es frecuente encontrarla en los bosques de hayas (Fagus sylvatica), pinos (Pinus nigra, Pinus sylvestris), p robles (Quercus petraea o Quercus robur), cedros (Cedrus deodara), abetos (Abies spp.), píceas (Picea abies) y abedules (Betula spp.).​

Al ser una especie micorrícica, crece asociada a las raíces de estos árboles, con los que intercambia sales minerales y agua por otras sustancias orgánicas, pudiendo llegar a formar grupos relativamente numerosos.

Fructifica entre finales de verano y otoño, dentro de la estación micológica.

A. muscaria tiene la capacidad de bioacumular metales pesados como el vanadio y el cadmio en sus cuerpos fructíferos. Un estudio de campo de 2018 en Polonia, con muestras de seis diferentes lugares en el norte del país, determinó que la especie es un eficiente bioconcentrador de potasio, magnesio, cadmio, rubidio y zinc, contribuyendo así a la recirculación natural de estos elementos en los ecosistemas forestales.

El hongo aparece en los libros por primera vez alrededor del año 1256, cuando el sacerdote bávaro Alberto Magno anotó en su libro De vegetabilibus el siguiente comentario: vocatur fungus muscarum, eo quod in lacte pulverizatus interficit muscas (se le llama el hongo de las moscas, ya que se le sumerge en leche para matarlas).
Carlos Linneo, el «padre de la taxonomía», lo reportó en 1745 a partir de un espécimen de Småland, en el sur de Suecia, donde había vivido de niño. Describió al hongo en el segundo volumen de su Species Plantarum en 1753, dándole el nombre de Agaricus muscarius, el epíteto específico derivado del latín musca que significa 'mosca'.
Más tarde, el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck colocó a la especie dentro del género Amanita, dándole su nombre actual, Amanita muscaria, y publicándolo en Encyclopédie Méthodique, Botanique: 111 en 1783 basándose en un espécimen encontrado en Auburn, Alabama.

Es la especie tipo del género Amanita y del subgénero Amanita, que incluye a todas las amanitas con esporas inamiloides y el margen del sombrero estriado.