El
monasterio de
San Francisco de
Burgos fue un
convento franciscano, del que actualmente solo se conservan unas pocas
ruinas rehabilitadas para evitar desprendimientos y la pérdida de los restos históricos que se mantienen. Según refiere la
tradición, fue fundado por san Francisco de Asís1 en 1213, habiendo obtenido previamente la aprobación del rey Alfonso VIII de Castilla, aunque ello ha sido cuestionado por numerosos historiadores.
El monasterio resultó muy dañado durante la Guerra de la Independencia, y en 1836 fue desamortizado y comenzó a ser demolido. En el solar que ocupaba fue instalado un cuartel, y posteriormente una factoría
militar y en las décadas siguientes tuvo otros destinos. Las ruinas consolidadas de la
iglesia que aún se conservan se encuentran en la
calle San Francisco, cerca de las del desaparecido convento de la Santísima Trinidad de Burgos y cercanas a la iglesia de San Gil.