Los abuelos de la C/ Lain Calvo bajo la nieve, BURGOS

La calle Laín Calvo tiene desde el año 2009 su propio grupo escultórico, en las proximidades de la capilla de la Divina Pastora. En esta ocasión, el Ayuntamiento ha colocado una pareja de ancianos en bronce para expresar el reconocimiento y respeto a los mayores, «a tantos y tantos abuelos que han trabajado mucho y en peores condiciones que ahora para conseguir que tengamos esta prosperidad», explicó el alcalde Juan Carlos Aparicio tras inaugurar esta nueva estatua.
Una obra del artista burgalés Ángel Gil Cuevas, que por encargo municipal ha rescatado de la memoria colectiva la imagen entrañable de una pareja de ancianos burgaleses de los de antes. «Los que han estado toda la vida en el campo», precisó.
Representa una típica escena de las de antes. Cuando los abuelos permanecían sentados en el banco de madera que solía haber en las puertas de las casas. A sus rostros les ha querido dar «ese poso de tranquilidad, de paz que proporciona la edad».
«Él está apoyado en el cachabo con esa mirada un poquito perdida, con cara simpática, mientras que ella activa, como todas las abuelas, haciendo una labor de ganchillo» describe. Una pareja, con las dimensiones de 1,25 por 1,80 metros, en la que Gil Cuevas ha querido plasmar los «recuerdos maravilloso que todos tenemos de los abuelos» con la intención de que «quede en el recuerdo de todos los burgaleses». En su opinión, hubiera sido «una pena que se perdiese» de la memoria colectiva por las nuevas formas de vidas que han cambiando tanto a la sociedad.
La segunda obra urbana de Ángel Gil Cuevas que hay en la ciudad. La otra es el mural de bronce de 24 por O, 50 metros que en el Mirador del Castilla muestra la silueta de los principales monumentos burgaleses, cada uno con una serie de datos de interés como su estilo arquitectónico o la fecha de su construcción.
Rincón con encanto
El alcalde destacó que se había elegido esa zona concreta de la calle Laín Calvo, muy próxima a la fuente y a la iglesia de la Divina Pastora, porque es un «un rincón con encanto dentro la ciudad». Juan Carlos Aparicio señaló que esta escultura se encuadra dentro de las mejoras que han experimentado calles del entorno, la de San Lorenzo y San Carlos, con la intención de que Burgos tenga otras referencias distintas a las comerciales y de hostelería.
«Que haya rincones que permitan la evocación de personas o personajes queridos por nosotros, como son en este caso los abuelos», detalló. Considera que esta nueva escultura es «un símbolo simpático y amable del cariño que merece nuestra tercera edad por el trabajo mucho y duro que ha hecho».