Catedral de Santa Maria La Mayor desde Plaza Rey San Fernando, BURGOS

PLAZA DEL REY SAN FERNANDO: Antiguamente Plaza del Sarmental y Plaza del Duque de la Victoria.
Está dedicada a Fernando III el Santo (1199-1252) con cuya protección se construyó la catedral a partir de 1221.
Antiguamente recibió el nombre de Plaza del Sarmental por abrirse a ella esta portada catedralicia.
En el siglo XIX tuvo el nombre de Plaza del Duque de la Victoria en honor del general Espartero.

Situada en pleno Camino Francés en la ciudad de Burgos, Castilla y León, y consagrada a Santa María, la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Burgos, es uno de los más bellos monumentos del arte gótico, siendo declarada Monumento Nacional en 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1984.
Su construcción comenzó en el año 1221, gracias al rey Fernando III el Santo y al obispo Mauricio, sobre la iglesia románica de tres naves que había impulsado Alfonso VI a finales del siglo XI y que en el siglo XIII quedaba pequeña ante el auge constructor que se observaba en diversos puntos de Europa. Así comienza su reedificación, que continuaría durante siglos hasta obtener la imagen actual.
Inspirada en diversos modelos franceses -Amiens, Bourges, Coutances, etc.- la catedral burgalesa tiene planta de cruz latina de tres naves y girola orientada del este -cabecera- al oeste -fachada principal- en la ladera que lleva al cerro del castillo.
Por ese motivo existe un desnivel muy apreciable en el interior del templo que se salvó con la escalera dorada, una joya del Renacimiento que Diego de Siloé construyó en el brazo norte del crucero.
Todo esto, junto con su cimborrio y la capilla de los Condestables de Castilla -considerada por su belleza y dimensiones como una catedral dentro de la catedral- contribuye a que este recinto de culto impacte en el visitante.
Iconografía jacobea Respecto a la imaginería e iconografía jacobeas, destaca la capilla de Santiago, que ocupa un lugar preferente en la girola y que presenta en su reja una figura ecuestre del Apóstol que da paso a un retablo en el que Santiago adquiere gran protagonismo. Citada ya en el siglo XIV, fue profundamente reformada en el XVI por Juan de Vallejo y usada en las últimas centurias como parroquia hasta convertirse en la principal sala del museo de la catedral donde se puede admirar el tesoro religioso-cultual más destacado del templo, con obras de pintura del siglo XV al XVIII y piezas de escultura y orfebrería desde el siglo XII al XX. En el muro izquierdo de la estancia se halla el sepulcro renacentista de uno de los fundadores y mecenas de la capilla en el siglo XVI, Juan Ortega de Velasco, abad de San Quirce de los Ausines y canónigo y protonotario de la catedral. En frente se hallan otros dos sepulcros, uno correspondiente al magnate Lesmes de Astudillo, mecenas de esta capilla y de la capilla-sepulcro de los Reyes Magos en la catedral de Colonia, que fue enterrado con su esposa, Mencía de Paredes.
El retablo de la capilla, dorado y policromado, está presidido por un Santiago matamoros y presenta también tallas de San Juan Evangelista y Santa María Salomé.
En el claustro alto (finales del s. XIII), entre varias representaciones de apóstoles, se halla un Santiago peregrino, mientras que en la sillería del coro se representa la aparición de la Virgen del Pilar al Santo, cuya imagen también se encuentra en la restaurada capilla de Santa Tecla -resultado de la transformación de cuatro pequeñas capillas góticas y la iglesia de Santiago de la Fuente- y en la puerta de la Coronería, punto de acceso de los peregrinos al templo durante siglos y que fue clausurada en el siglo XVIII por el molesto tránsito de vecinos que la usaban para descender hacia la parte baja de la ciudad. Tras su cierre los romeros usaron la puerta de la Pellejería -o puerta del Canalejo- (s. XVI). Al igual que en la Coronería, se pueden ver estatuillas de los apóstoles. También hay sendos relieves que representan los martirios de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista, así como estatuas de San Pedro y San Pablo.
Como curiosidad, señalar la presencia del sepulcro del Cid bajo del cimborrio y del popular Papamoscas en el interior de la nave mayor.
Tampoco se puede pasar por alto un lugar de hondo fervor religioso como es la capilla dedicada al Cristo de Burgos, cuya leyenda afirma que se trata de un Jesús crucificado aparecido en el mar al que le crece el pelo y las uñas y que se ha convertido en lugar de visita y oración para los peregrinos.
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