Palacio de Castilfalé. Interior del Palacio. Calle de Fernan Gonzalez, BURGOS

En el año 1550, sobre el solar de la casa de los Colonia y otro colindante, propiedad del próspero comerciante D. Nicolás de Gauna o Gaona, el maestro cantero Juan de Vallejo y el maestro carpintero Juan de Aras, ambos prestigiosos artífices burgaleses, empezaron la construcción del que, con el paso del tiempo y de diferentes propietarios, acabaría conociéndose como el Palacio de Castilfalé, situado justo enfrente de la puerta catedralicia de la Coronería o de los Apóstoles.
Uno de los más importantes mercaderes de la ciudad, D. Andrés de Maluenda y García de Castro, que también llegó a ser Regidor, lo adquirió en 1565 a la viuda de D. Nicolás, pagando por ella nada menos que la suma de 6.500 ducados, una elevada cantidad para aquellos tiempos, ya que la casa era de las mejores de la ciudad. De esta forma se convirtió en la casa señorial de la poderosa familia de los Maluenda, que hasta entonces habían residido en la calle de los Panderetes, situada en el barrio judío de la ciudad.

Los primeros Maluenda llegaron a Burgos a principios de siglo XV, procedentes de la ciudad aragonesa de Calatayud y posiblemente eran judíos conversos que contaban con la protección del obispo D. Pablo de Santa María, uno de los personajes más poderosos e influyentes del reino, con el que acabaron emparentando, pues hay referencia documental del matrimonio de D. Juan Rodríguez de Maluenda, llamado “el Viejo”, con Doña María Núñez, hermana del obispo D. Pablo.

Durante el transcurso de la primera mitad del siglo XVII, tiene lugar el matrimonio de D. Francisco Garcés de Maluenda con Doña Francisca de Brizuela y Cárdena, perteneciente a la familia de los Brizuela de Peñaranda de Duero. Se ignoran las causas, pero la fusión de ambas familias produjo un cambio de propiedad, pues hasta los finales del siglo XVIII, el palacio es conocido popularmente como la Casa de los Brizuela. Es muy posible que este cambio esté relacionado también con la crisis que a finales del XVII sufrió el comercio burgalés, que afectó a un buen número de sus mercaderes.

A finales del siglo XVIII estuvo habitada por la familia de D. Antonio Valdés y Fernández Bazán, insigne militar burgalés que en 1783, con sólo 38 años de edad, fue nombrado Ministro de Marina por el rey Carlos III, llegando posteriormente a Capitán General de la Armada.

El siguiente propietario fue D. Heliodoro Jalón Larragoiti, XI Marqués de Castrofuerte y senador por Palencia, casado con Doña Ernestina Finat y emparentado con los Maluenda y los Brizuela, que acabó convirtiéndola en casa de vecinos. Su hija, Mª del Rosario Jalón Finat, XII Marquesa de Castrofuerte, casó con D. José María Fernández-Cavada y Obanza, alcalde Burgos desde el 1 de julio hasta el 26 de noviembre de 1909.

Finalmente, el año 1920, ya en pleno siglo XX, fue adquirido por D. García Muñoz Jalón, I Conde de Castilfalé, nacido en Burgos el día 8 de febrero de 1874, casado en segundas nupcias con Doña Asunción Vinuesa y Bessón (hija del general Eladio de Vinuesa y de Sofía de Bessón y Mestre).

Los nuevos propietarios reformaron el palacio, abriendo nuevos vanos y convirtiendo ventanas en balcones. Lo legaron, junto con gran parte de su biblioteca y otras piezas de alto valor artístico, entre ellas varios cuadros de importantes pintores burgaleses, como Marceliano Santa María, Isidro Gil y Dióscoro de la Puebla, al Ayuntamiento de Burgos, que lo recibió en 1969. En honor a sus últimos propietarios este palacio renacentista es conocido desde entonces como el Palacio de Castilfalé.
“Como era habitual en la arquitectura civil burgalesa del siglo XV, el edificio fue construido en piedra y ladrillo, siendo objeto de transformación por sus sucesivos propietarios.

Del palacio primitivo aún conservamos la portada, el zaguán, el patio y la escalera monumental. Lo más significativo del conjunto es la bella portada principal, con arco de medio punto, de rosca moldurada, flanqueada por balaustres. En las enjutas aparecen dos bichas de extremidades drapeadas y sobre la cartela de la clave del arco se encuentra un jarrón con fruta. Encima de la cornisa se encuentra un escudo inclinado y rodeado de decoración vegetal a modo de lambrequines. Los símbolos heráldicos corresponden a los Maluenda de la Torre, apellidos del segundo propietario de la casa.

Las estancias se ordenan alrededor de un patio principal de pequeñas dimensiones. De forma cuadrada, los cuatro lados presentan soportes de ascendencia gótica. Del zaguán arranca una monumental escalera de dos tramos, con descansillo iluminado por una ventana de asiento. La escalera desemboca en el corredor y forma una tribuna sobre el zaguán. Al fondo del corredor se inicia la escalera de subida a la planta noble.

Destaca su artesonado, el más valioso de su época, en cuanto a arquitectura civil se refiere, en Burgos, denominado “la media naranja”. De base octogonal, el tránsito a la planta cuadrada del hueco de la escalera se realiza por medio de cuatro pechinas. El artesonado está formado por octógonos de tema mitológico, alternando con bustos, todo de gran relieve.

El Ayuntamiento procedió, a partir de 1985, a su restauración y rehabilitación como Archivo Municipal, que fue inaugurado en 1990”.