La planta de la Nueva Bureba, surgida de las cenizas de la que fuera arrasada por el fuego en 2014 cuenta con las mejores medidas de autoprotección disponibles | Tras una inversión de 225 millones de euros, la factoría tiene garantizada una vigencia de 50 años de vida.
Entramos en la Nueva Bureba, una factoría autoprotegida que cuenta con los más modernos sistemas de seguridad activos y pasivos que pueden encontrarse en el
mercado. A cada paso, los detectores de humo y rociadores de
agua velan por una rápida reacción en caso de incendio, pero también lo hacen los materiales utilizados en su construcción, que son auto extinguibles o la propia distribución de la
fábrica, dividida en cinco
edificios separados por
calles accesibles para los servicios de extinción o la sectorización de las diferentes áreas.
Por el contrario, la antigua Campofrío solo contaba con un gran
edificio de 450 metros de largo por 150 de ancho, que estaba dividido en dos plantas. Cerca de 60.000 metros cuadrados de planta, que hicieron imposible a los bomberos actuar sobre el foco del incendio que se declaró en 2014 en el centro de la fábrica.