Respecto a las piezas de orfebrería son de destacar al principio los tres relicarios de plata sobredorada de
San Pedro, San Pablo y Santiago. Pero es necesario señalar que las más relevantes pertenecen al conjunto litúrgico de la
Capilla de la Purificación o de los Condestables. Las podemos contemplar un poco más adelante seguidas de las obras destinadas al culto. Destacan especialmente un cáliz
gótico de oro con engastes de perlas,
piedras preciosas y esmaltes, un hermoso portapaz con la
Virgen sedente y el Niño
así como un pequeño
altar portátil de procedencia portuguesa, tallado en marfil a principios del siglo XVI.