Ayer estuve por nuestra "patria chica" y al ver las marcas de las ruedas de la maquinaria cosechadora cerealista actual me vinieron a la memoria aquellas bellas -aunque tan duras- escenas de hace sesenta años: los varones (desde los dieciséis años - ¿qué son hoy día este tipo de adolescentes?-) segando a un ritmo pausado pero sin descanso con los "dalles" -también había alguna mujer-; las mujeres, y algunos niños y adolescentes, detrás de ellos recogiendo y colocando, con gran maestría, en "gavillas" la mies cortada. Es una estampa que no volverá, pero no por ello deja de encandilarme.
Y luego las "parvas" y por la tarde la trilla y los montones de trigo con aquel color rosáceo tiriando al rojo. Ahora las eras sirven para jugar partidos de fútbol animosos como el que ayer se celebró en mi pueblo entre solteros (preadolescentes incluidos) y casados. ¡Qué entusiasmo!. Si los jugadores de algunos equipos pusiesen ese ánimo otra cosa sería...
Y luego las "parvas" y por la tarde la trilla y los montones de trigo con aquel color rosáceo tiriando al rojo. Ahora las eras sirven para jugar partidos de fútbol animosos como el que ayer se celebró en mi pueblo entre solteros (preadolescentes incluidos) y casados. ¡Qué entusiasmo!. Si los jugadores de algunos equipos pusiesen ese ánimo otra cosa sería...