Seis letras descolocadas, desde entonces sin dueño, ausentes de mis labios, y el corazón de
invierno.
Seis letras descolocadas, que como siempre echo de menos.
(18/11/2008)
Seis letras descolocadas
desde entonces sin dueño
pesa su ausencia en mis labios
me dejan el corazón de invierno.
No son ellas, es la palabra
que aún errabunda, descolocada
ausente, y sin dueño
me tiene encadenado el pensamiento
con fuertes grilletes de nostalgia.
(18/11/08)