Después de tantos años de seguimiento incondicional, echo de menos un poco de orden en la noche de San Antón: Quiero decir, que los jinetes, sigan al mayordomo, y no como algunos "notas" a su libre albedrío; y que las lumbres no se limiten a "superhogueras" en la calle principal. ¡Es que nadie va a establecer unas mínimas normas de estar". Allí nos vemos.!