A la salida de
Muñopedro, dirección
Jemenuño, alguien tuvo la idea de hacer un
parque, plantar unos avellanos, olmos,
castaños, algún serval y colocar dos bancos. Uno mirando al saliente y otro al poniente, por donde el encanto natural del sol al salir y al ponerse, ofrece un espectáculo casi a diario.
La vista se abre, vuela por encima del
pueblo en busca del horizonte que forma la
sierra de Guadarrama y Gredos. No hay infinito que anule la distancia, sino un marco natural que guarda y resalta
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