En los dorados campos de la vieja Castilla
Canta mi pueblo melódicas canciones,
Himnos de gratitud llenos de emociones
Mirando a su Santo e hincando rodillas.
Todo se arroba con un ardoroso fuego
Cuando luce la llama que nunca extingue
Y brilla como una estrella que se distingue
Por su resplandor con olor de espliego
¡Pueblo glorioso de altísima cumbre!
Como tierno palomo de arrullo blando
Tu nos guías, nos guardas y celas cuando;
Sientes que vibramos con tan bella lumbre.
Convidas a entonar aquel virginal coro
Que habita allí, con el Padre en el cielo.
Y velas la corriente plácida de este suelo.
Que entona emoción con un himno sonoro.
Te ves con odorantes flores coronado.
Por esta tan lúcida y grandiosa simiente.
Que reparte amor de cristalina corriente
Para saciar la sed de tu habitante amado.
Aires sublimes van allanando el camino
Y llegan como luciendo humana sabiduría,
Repartida en corazones que anegas y guías
Como amoroso padre que cela el destino
VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ.
Canta mi pueblo melódicas canciones,
Himnos de gratitud llenos de emociones
Mirando a su Santo e hincando rodillas.
Todo se arroba con un ardoroso fuego
Cuando luce la llama que nunca extingue
Y brilla como una estrella que se distingue
Por su resplandor con olor de espliego
¡Pueblo glorioso de altísima cumbre!
Como tierno palomo de arrullo blando
Tu nos guías, nos guardas y celas cuando;
Sientes que vibramos con tan bella lumbre.
Convidas a entonar aquel virginal coro
Que habita allí, con el Padre en el cielo.
Y velas la corriente plácida de este suelo.
Que entona emoción con un himno sonoro.
Te ves con odorantes flores coronado.
Por esta tan lúcida y grandiosa simiente.
Que reparte amor de cristalina corriente
Para saciar la sed de tu habitante amado.
Aires sublimes van allanando el camino
Y llegan como luciendo humana sabiduría,
Repartida en corazones que anegas y guías
Como amoroso padre que cela el destino
VIVA SAN JUAN DE LA CRUZ.