Te llegó la luz y la alegría a mis ojos riega
Viendo reconociste en mi el latir de amor
Ese incendio de brasero que me sosiega
Cuando experimento el cariño que da calor
.Dulces murmuran henchidas mis ramas
Con fuerza que arroja gran calentura
Cuando se encienden mis venas en llamas
Al ver a mi niño con tanta hermosura.
Eres bastidor forjado con yunque
Que remata cadenas de puntos muy finos
Y juntas en tu sello todo el apunte
Que habla justo de tu recto camino.
Los luengos rizos de tu cabellera
Bucles son que engarzan lujo en corona;
Gentil cetro de oro que a su manera
Enriquece en valor a tu persona.
Desde que me reconociste la fiesta es mía
Como única razón de amor que alcanza
Fruto bien harto que sazona armonía
Del cariño que me impartes sin cobranza.
¡Os quiero a los dos!
Viendo reconociste en mi el latir de amor
Ese incendio de brasero que me sosiega
Cuando experimento el cariño que da calor
.Dulces murmuran henchidas mis ramas
Con fuerza que arroja gran calentura
Cuando se encienden mis venas en llamas
Al ver a mi niño con tanta hermosura.
Eres bastidor forjado con yunque
Que remata cadenas de puntos muy finos
Y juntas en tu sello todo el apunte
Que habla justo de tu recto camino.
Los luengos rizos de tu cabellera
Bucles son que engarzan lujo en corona;
Gentil cetro de oro que a su manera
Enriquece en valor a tu persona.
Desde que me reconociste la fiesta es mía
Como única razón de amor que alcanza
Fruto bien harto que sazona armonía
Del cariño que me impartes sin cobranza.
¡Os quiero a los dos!