Un retazo de la vida del
Santo, (desde
Palencia)
El prior Maldonado penetró la víspera de la Asunción en aquella celda que despedía un olor pestilente bajo el tórrido calor del
verano y dio un puntapié al santo, que se hallaba recostado, para anunciarle su visita.
San Juan le pidió perdón, pues la debilidad le había impedido levantarse en cuanto lo vio entrar. "Parecíais absorto. ¿En qué pensabais?", le dijo Maldonado.
"Pensaba yo en que mañana es
fiesta de Nuestra Señora y sería una gran
felicidad ... (ver texto completo)