Los últimos pregones que se dierón en el pueblo los daba Aquilina, un recuerdo para ella, era una buena mujer y muy simpatica. En esa época, siendo alcalde Antimo, se puso el altavoz en el Ayuntamiento fue toda una revolución, como disfrutaban los entonces niños y no tan niños con sus discos en el cumpleaños. Y cuando llegaba algún amigo al pueblo ha veces les gastabamos la broma de recibirlos con un disco dedicado.