Compramos energía a futuro



ana que bonito
nosabia que tenias esos dotes
un abrazo
Una noche mass sin nada que leerrr que penaaaa!
Como duerme la tropaaa!
Bueno bueno...
Luego decis que no abandone ehhh Carmencita!
Anda que Agapito! Que no sabemos nada de el!
Jose, por la hora que es ya tiene que estar en pie dando caña al asunto!
Besos para toda la tropa!
pues no te equivocas mucho porque estaba trabajando desde las 15.00 del 11 hasta las 06.30 del 12, una paliza, que mierda de trabajo.
A la derecha tia Emiliana, seguido, tia Juana,"la ratona", en frente tio Manuel y tia Justa, sus hijos, Conce, Estilita, Manolo y Esperanza.
Ahora está en su sitio. Gracias.
Las gallinas de tia Eusebia en el olivar de "las campanas".
La casa de tia Basilia.
La casa de tia Basilia
Peraleda, 4, La casa de mis padres. Cuantas vivencias. Cuantos recuerdos.
La casa de tio Reyes. Sus hijos Manuel, Marcos y Socrates (muerto en guerra).
Los pajares.
Sería importante, para mí, que se cayera esta placa que, aparte de anacrónica, hiere mi sensibilidad y la de algunos más.
El corral de mi tio "Vitoriano"
La puerta mas grande corresponde a la casa de tia Catalina, que heredó de mi bisabuelo Cesáreo López Matos, natural de Garvin, pero de ascendencia talaverana, su mujer, mi bisabuela, Eusebia Toribio, natural y ascendencia garvina. Sus numerosos hijos, Zacarias, Juan, Josefa, Antonia, Catalina, Isabel y José (mi abuelo). La puerta siguiente corresponde a la casa de mi tia Antonia y en la de enfrente vivia tio Zoilo "vista zoilo" con su mujer y su único hijo Julio.
La esquina de tia Emiliana. Lugar de encuentro de los mozos, a diario, cuando terminaban sus muchos quehaceres. Este sitio era un poco el senedrín de los jóvenes, aquí se concertaba todo. Cuantos sueños se hicieron realidad en esta esquina. Cuantas tramas inocentes, como ir a robar sandias y melones, gallinas, fruta y otras travesuras. Aquí, seguramente, se urdieron las expatriaciones de tantos mozos que decidieron huir, algunos para no volver. Pero esto sería, por sí mismo, otra historia.
Estas campanas, que no son las actuales, una era la "gorda" y la otra la "cascá", su nombre se debia a que, efectivamente, estaba rajada como recuerdo de la guerra civil. En la parte oeste está en "campanillo". El toque era todo un ritual, el único que lo hacia a la perfección era tio Antonio Martin, "el sacristán". Nadie le pudo igualar.