Acabo de regresar a
Asturias y ya echo de menos
el Toboso. Hemos recorrido las dos Castillas en este viaje y ningún
rincón me llegó tan a dentro como ese preciosisimo
pueblo, en el que cada cosa parece estar en el sitio adecuado y donde se respira tanta paz y sosiego. Gracias al
hostal Dulcinea por el trato recibido y por su exquisita cocina. Esta
noche empzaré a leer ese libro que nunca conseguí acabar. Ahora po ponerle
color y calor a "En un rincón de la Mancha..." Desde Asturias, un saludo al
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