Yo misma, amigo Freddy.
Decía Ortega que uno es de donde hace el bachillerato. Teniendo en cuenta que en sus tiempos el bachillerato comenzaba a los diez años, pues uno es de donde pasa su infancia, porque los recuerdos se quedan colgados para siempre.
Hace mucho que no te veo, pero sigo teniéndote el cariño de siempre, porque el cariño se queda suspendido ahí, en el "tempo", y si nada lo daño, se convierte en un sentimiento eterno, dormido pero latente.
Cuando nos sentamos a charlar ahí, con tu prima Cristina, en esas madrugadas mágicas, y evocamos la niñez, siempre te nombro, y siempre recuerdo la imaginación con la que nos enfrentábamos a los juegos y la impaciencia con la que esperaba que llegaras en vacaciones.
Espero coincidir contigo un día por el pueblo o, en su defecto, hacerme con tu teléfono e irrumpir en tu vida en Valencia -que una es muy viajera-.
Muchos besos para tí y los tuyos.
Esther Pedraza.
Decía Ortega que uno es de donde hace el bachillerato. Teniendo en cuenta que en sus tiempos el bachillerato comenzaba a los diez años, pues uno es de donde pasa su infancia, porque los recuerdos se quedan colgados para siempre.
Hace mucho que no te veo, pero sigo teniéndote el cariño de siempre, porque el cariño se queda suspendido ahí, en el "tempo", y si nada lo daño, se convierte en un sentimiento eterno, dormido pero latente.
Cuando nos sentamos a charlar ahí, con tu prima Cristina, en esas madrugadas mágicas, y evocamos la niñez, siempre te nombro, y siempre recuerdo la imaginación con la que nos enfrentábamos a los juegos y la impaciencia con la que esperaba que llegaras en vacaciones.
Espero coincidir contigo un día por el pueblo o, en su defecto, hacerme con tu teléfono e irrumpir en tu vida en Valencia -que una es muy viajera-.
Muchos besos para tí y los tuyos.
Esther Pedraza.