CRóNICA DE SAN ANTóN
La peña espectacular como todos los años por siempre y para siempre, pero con ausencias muy notables...
El personal se forzó en complacer a los presentes y de que el ambiente no decayese.
Las rosquillas buenísimas, ¡¡quien supiera la fórmula secreta para su elaboración!!
Los habitantes y allegados muy acogedores y con ganas de pasarlo bien y de compartir su alegría.
La peña Garvin total.
Chocalate, elaborado al viejo estilo por tío Germán, mostró que la perfección existe.
La misa y procesión en su habitual línea...
El convite abundante, tanto como para repetir por la tarde.
El baile con ritmos alegres y que invitaban al movimiento.
Jose Ignacio con sus ventipocos, ejem, nos conviddó como el sabe.
Falló el Atleti, al menos a mi padre y por esperado, los niños adorables y cada vez más grandes y listos (Paula bailó como una peonza).
Lo dicho, fue un gran día, está claro que lo que es de Navalmoralejo, siempre bueno.
BR1.
La peña espectacular como todos los años por siempre y para siempre, pero con ausencias muy notables...
El personal se forzó en complacer a los presentes y de que el ambiente no decayese.
Las rosquillas buenísimas, ¡¡quien supiera la fórmula secreta para su elaboración!!
Los habitantes y allegados muy acogedores y con ganas de pasarlo bien y de compartir su alegría.
La peña Garvin total.
Chocalate, elaborado al viejo estilo por tío Germán, mostró que la perfección existe.
La misa y procesión en su habitual línea...
El convite abundante, tanto como para repetir por la tarde.
El baile con ritmos alegres y que invitaban al movimiento.
Jose Ignacio con sus ventipocos, ejem, nos conviddó como el sabe.
Falló el Atleti, al menos a mi padre y por esperado, los niños adorables y cada vez más grandes y listos (Paula bailó como una peonza).
Lo dicho, fue un gran día, está claro que lo que es de Navalmoralejo, siempre bueno.
BR1.