Una vez alli puedes pasar dentro, sentarte un par de minutos en uno de sus bancos, y dejarte envolver por el silencio, tranquilad y paz que nos ofrece nuestra patrona en su morada, (tiene una facilidad especial para hacernos olvidar momentaneamente de todas nuestras preocupaciones), una vez que salgas y abras la puerta, respira hondo, y recorre muy despacio todo el entorno de la ermita, cuando te canses, sientate en uno de sus bancos, y pierde tu vista allí lejos en aquel punto indefinido del horizonte.
Cuando vuelvas a la realizar, comprenderás porque los huerteños estamos tan orgullosos de nuestro pueblo y de nuestra ermita.
Chus11.
Cuando vuelvas a la realizar, comprenderás porque los huerteños estamos tan orgullosos de nuestro pueblo y de nuestra ermita.
Chus11.