En El Romeral se debería de aceptar, de una vez por todas, el juego democrático. Anteriores corporaciones municipales, fueran del signo político que fueran, habrán tenido sus aciertos y desaciertos, sus virtudes y carencias. Miremos hacia delante y demos un margen para dejar actuar al equipo actual. Al fin y al cabo éstos son los depositarios de la voluntad popular y deben proceder conforme a sus propios criterios y coyuntura actual.