Querido amigo:
Tengo la lucidez de Sancho y la suavidad de platero. Te sigo dejando a tí los gigantes y la soberbia de Juan Ramón.
No tengo más tiempo para ti porque voy a reirme un rato con mis amigos, pero ten claro que de ti no nos reiremos, no lo hacemos nunca de gente que nos lo hace pasar bien.
Tengo la lucidez de Sancho y la suavidad de platero. Te sigo dejando a tí los gigantes y la soberbia de Juan Ramón.
No tengo más tiempo para ti porque voy a reirme un rato con mis amigos, pero ten claro que de ti no nos reiremos, no lo hacemos nunca de gente que nos lo hace pasar bien.