Este es uno de esos paisajes en el que cualquier persona deja bagar su imaginación. Situáda en "la carretera de Samboal" ,cuando el sol baña las últimas horas de una jornada veraniega, otoñal, invernal o primaveral. Cuando muere un día que nunca más volverá. Cuando las gentes se disponen a recogerse en casa o todabía las familias tertulian a las puertas de sus casas y sus hijos danzan con balones y patines por las barriadas del pueblo. Cuando los pájaros ya no quieren saber nada de las taréas necesarias y cotidianas a las que se ven sometidos diariamente. Cuando a punto está de plagarse el universo de inmensos puntos plateados. Cuando ya los campos dejan de reflejar sus esplendores y el cielo se va fundiendo uniformemente con un color profundamente oscuro. Cuando todo el paisaje parece que va a desvanecerse dentro de la invisibilidad nocturna. Cuando, en definitiva, sangra el horizonte dando paso a la noche; el destino se presenta y habla, mostrando imágenes tan sorprendentes e inspiradoras como estas..