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VALFERMOSO DE TAJUÑA: Hola revola@s ya estoy de nuevo aquí, para contar pequeñas...

Hola revola@s ya estoy de nuevo aquí, para contar pequeñas historias de nuestro pueblo, Valfermoso de Tajuña (antigüamente Valfermoso de las Sogas) y hasta hace unos 35 o 40 años venían cartas con ese nombre.
Corrigeme si no me equivoco amigo "LIBERTAD", como bien los has hecho, con el tema de porque nos llamamos "revolaos", a lo que iba, se llamó Valfermoso de las Sogas, porque en los montes frente al postigo, llamados "Las Doras" había y sigue habiendo mucho esparto, y como alguno más mayor que yo sabe muy bien, con él se hacian, cuerdas, atillos, sogas, serones, aguaderas, espuertas... etc, un sinfin de cosas que los más viejos del lugar aún recuerdan y algunos incluso lo habrán hecho. Yo recuerdo a mi abuelo haber visto cortar el esparto y lo dejaba que se mojase en las canales cuando llovía, creo que luego lo golpeaban con una especie de mazo de madera, para sacar pequellos cabos de hilo, para hacer las cuerdas, atillos, para atar, por ejemplo los haces de trigo y cebada en la siega del verano, y muchas otras cosas más, la verdad es que yo era muy pequeño y apenas lo recuerdo, pues eso fue hace 40 o 45 años.
Hay anecdotas muy bonitas y historias de nuestro pueblo, esos crudos inviernos, como tu has dicho alguna vez junto a la cocina de leña y el candíl, pues había hasta una semana y más sin luz de noche y de día, las nevadas en los crudos inviernos nos tenían sin salir nada más que de casa a la escuela algunos años una semana entera, mi padre me ha contado que él ha estado hasta un més sin poder salir al campo por culpa de esos crudos inviernos, y de las tormentas también a habido fuertes tanto de agua, aire, como de truenos y relampagos, de ésto último de relampago si que lo sabe bién mi padre, que le cayo uno hace muchos años yop tendría 11 o 12 años y fue el día 15 de mayo día de San Isidro Labrador, a él no le pasó nada porque estaba en la nave encima de una cosechadora y ésta a su vez estaba aislada de las otras máquinas y aperos y debajo de las ruedas tenía unas tablas de madera, de no haber sido así, seguramente mi padre no lo hubiera contado. El me cuenta que ese día vio entrar por la parte trasera de la nave un fogonazo intenso y un ruido muy fuerte, luego estuvo varios días con un olor muy intenso a azufre. También a habido algun que otro pequeño huracan que ha derribado los palos de la luz y incluso nogueras, en fin otro día seguire contando más historias y anecdotas de nuestro pueblo.
Un saludo.
El Duende Caste-Barto