Gracias Loly! Pôdría decir, ser la única alegría, recibida... esta que me encuentro, en este foro de mi pueblo. Como ya digo, brevemente por vuestra tierra,
brotan, me han brotado amigos, por todos aquellos lugares, que he desplazado mis huesos. Y esto ya es una alegría, a tener en cuenta.
Si he recibido, de parte de mi familia, que precisamente se encontraba ese día en mi pueblo, deseos parecidos a los tuyos.
Del resto, que quieres, existo, pero cada cual tiene su modo de mirar las cosas. Quiero decir, que para los que existo en algún recuerdo, tal vez no dispongan de este aparato, y quienes si, no miran la amistad del mismo modo, a como yo pueda medir esta.
Si se que el proximo domingo, se desplaza de nuevo mi familia, y se representa, también por parte de quienes ostentan mi apellido, una obra de teatro... a la cual me hubiera gustado estár, e inclusive haber participado, puesto que en mi niñez, aún recuerdo, haber tenido un pequeño papel.
Dicho lo dicho, en medio de la noche, y aún en la esperanza de que alguien diga:! hola!, y como soy tenáz; de nuevo me voy a imaginar que soy, aquel muchacho, que en las Riberas del Tajuña, viviera, alguno de sus amores... tempranos. Bata para ello escarbar en mi memoria.
Estoy seguro de que se arrullaban las palomas
y sembraban de chillidos, en cielo los vencejos,
alrededor de la torre y el castillo,
Estoy convencido- digo- de que me va a llorar el río
y aquellas, lejanas lomas...
Era una tarde, de el color de todo.
Ella y yo, corríamos, tras de las mariposas,
en un juego- dejábamos de ser niños-
en en el que caeríamos sobre la hierba,
rendidos... y tal vez nos rendimos,
y juraríamos mil promesas,
entre los verdes álamos.
Recuerdo que mucho rato nos miramos
y que no dijimos muchas cosas.
El la vega, canciones de la tarde
cuando ya se alargaban las sombras.
y nos besamos.
Nos besamos el la brisa.
En el silencio suyo y el mío,
transparentes, entregados
a juegos, my recientes aprendidos.
Estábamos, yo y ella,
juguetones, como niños,
si darnos cuenta que cantaban las praderas
y el los huertos los lirios...
Si recuerdo, que temblaban
allí dos cuerpos sobre la hierba.
Y escribimos:
Y escribimos en el río primavera.
Estábamos, en el todo,
yo y ella,
en el fuerte golpear de los costados,
sencillamente, solos
junto al vado...
allí en la hierba.
J. M. (LIBERTAD)
brotan, me han brotado amigos, por todos aquellos lugares, que he desplazado mis huesos. Y esto ya es una alegría, a tener en cuenta.
Si he recibido, de parte de mi familia, que precisamente se encontraba ese día en mi pueblo, deseos parecidos a los tuyos.
Del resto, que quieres, existo, pero cada cual tiene su modo de mirar las cosas. Quiero decir, que para los que existo en algún recuerdo, tal vez no dispongan de este aparato, y quienes si, no miran la amistad del mismo modo, a como yo pueda medir esta.
Si se que el proximo domingo, se desplaza de nuevo mi familia, y se representa, también por parte de quienes ostentan mi apellido, una obra de teatro... a la cual me hubiera gustado estár, e inclusive haber participado, puesto que en mi niñez, aún recuerdo, haber tenido un pequeño papel.
Dicho lo dicho, en medio de la noche, y aún en la esperanza de que alguien diga:! hola!, y como soy tenáz; de nuevo me voy a imaginar que soy, aquel muchacho, que en las Riberas del Tajuña, viviera, alguno de sus amores... tempranos. Bata para ello escarbar en mi memoria.
Estoy seguro de que se arrullaban las palomas
y sembraban de chillidos, en cielo los vencejos,
alrededor de la torre y el castillo,
Estoy convencido- digo- de que me va a llorar el río
y aquellas, lejanas lomas...
Era una tarde, de el color de todo.
Ella y yo, corríamos, tras de las mariposas,
en un juego- dejábamos de ser niños-
en en el que caeríamos sobre la hierba,
rendidos... y tal vez nos rendimos,
y juraríamos mil promesas,
entre los verdes álamos.
Recuerdo que mucho rato nos miramos
y que no dijimos muchas cosas.
El la vega, canciones de la tarde
cuando ya se alargaban las sombras.
y nos besamos.
Nos besamos el la brisa.
En el silencio suyo y el mío,
transparentes, entregados
a juegos, my recientes aprendidos.
Estábamos, yo y ella,
juguetones, como niños,
si darnos cuenta que cantaban las praderas
y el los huertos los lirios...
Si recuerdo, que temblaban
allí dos cuerpos sobre la hierba.
Y escribimos:
Y escribimos en el río primavera.
Estábamos, en el todo,
yo y ella,
en el fuerte golpear de los costados,
sencillamente, solos
junto al vado...
allí en la hierba.
J. M. (LIBERTAD)
